Empecemos por el principio: yo dije que la entrada de Rusia en Ucrania no se produciría; y lo justificaba: una guerra se hace para ganarla y para ganar, y en la guerra que la invasión produciría no había nada que ganar. Pero si hay que ganar, aunque no sean exclusivamente beneficios económicos a corto plazo, que también.
Pienso que este hecho, la invasión, se encuadra en la transición de modelo que comenzó en la crisis sistémica iniciada en el 2007 y en la que aún nos encontramos. Recuerden que la Depresión, la crisis sistémica que dio comienzo en 1929, finalizó definitivamente en 1947, tras concluir la crisis de postguerra. A partir de ese momento el nuevo modelo, el que ha sido ‘nuestro modelo’, se impuso en el mundo occidental (en España mucho más tarde) y se fue expandiendo por diversos países a medida que se fueron incorporando al mundo capitalista, unos con rapidez, como Japón; otros tras un, digamos, ajuste, caso de China; y otros mucho más tarde y bastante a contrapelo, como Rusia, con una particularidad: antes de 1991 no existía en la historia de Rusia, ni, por descontado, en ninguna de los actuales países en que se descompuso la URSS, la más mínima sombra del modo de operar capitalista.
Los años han ido pasando y el nuevo modelo ya se halla prácticamente implantado en todo el planeta: poder e influencia incontenible de las corporaciones; oligopolización de las relaciones productivas; influencia absoluta y en todos los órdenes de la tecnología; concentración del capital y, por consiguiente, de la riqueza; retroceso del modelo de protección social; asunción de que la desigualdad es inevitable y que la única forma de paliarla es la renta básica, …En lo económico pienso que todo está ya dibujado; la política cada vez tiene una menor importancia (si es que alguna vez la tuvo: ¿cuándo la política ha ido por delante de las decisiones económicas fundamentales?). Y en este contexto, cuando aún estamos en proceso de superación de los efectos que nos ha dejado el virus, se produce la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
De entrada: ¿quiénes ganan con la invasión?. Los especuladores de futuros de commodities. Los productores de commodities, sobre todo los de commodities fundamentales. Quienes se ocupan de la logística de su almacenamiento y distribución. También los grandes traders especializados en el comercio de tales commodities. Los grandes fondos tenedores de deuda (y los bancos centrales tienen mucha). Y los fabricantes y comercializadores de bienes básicos, como alimentos y medicinas. Pero siendo un conglomerado numeroso y con mucho peso, es decir, poder, pienso que no tienen el suficiente como para poner en marcha un movimiento de este calibre; luego, ¿qué más y quién más gana?.
En mi opinión la invasión de Ucrania va a suponer el inicio del proceso de reformulación final del equilibrio internacional. En ‘El fin de la Historia’ (1989) Francis Fukuyama exponía que la Historia que habíamos conocido había acabado al haberse producido la victoria del modelo económico liberal con base democrática. Su tesis fue criticada comenzando por el título que daba a su ensayo, pero pienso que acertó de lleno al ver que la evolución de ese modelo económico liberal estaba agotando su campo de existencia y que con el fin de la Guerra Fría se iba a pasar a otra forma de hacer las cosas que sería liberal pero no necesariamente liberal tal y como había sido hasta aquel momento.
Hoy China es una potencia mientras que en 1989 no lo era; USA hoy se halla lastrado por una serie de debilidades –división ideológica del país en dos, estancamiento de la productividad– y en 1989 no se hallaba; y pese a la reunificación de Alemania y la ampliación de la UE hacia el Este, Europa sigue fraccionada, incluso más fraccionada, en tres Europas debido a la situación económica de sus Estados. Y Rusia ha superado mucha de la frustración que supuso la desaparición de la URSS en 1991. Sin embargo el planeta sigue viviendo en un escenario pre1989.
Pienso que quien más tiene que ganar de la actual situación es China, lo que acelerará el acercamiento de aliados que en otro momento no se hubiese producido, como Rusia. No pienso en términos militares, sino económicos, y geopolíticos. Rusia y China tienen mucho que ofrecerse, tienen mucho que obtener la una de la otra; las Rusia y China de hoy, no las del conflicto de Damansky de 1969. Y ambas tienen influencia en diversos escenarios, y no solo en países en vías de desarrollo.
En mi opinión Europa tuvo que haber ofrecido un acuerdo de colaboración económica a Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Moldavia cuando la Guerra Fría finalizó, del mismo modo que se produjo el acercamiento a las repúblicas bálticas; es decir, Europa tuvo que haber jugado una carta europea y no tanto la atlántica (que convenía más al Reino Unido).
La invasión de Ucrania va tener dos grupos de consecuencias. Por un lado, un incremento de precios de una serie de bienes cuya oferta va a disminuir (disminución que los especuladores están deseando). Por otro, la creación de dos bloques dialécticamente enfrentados aunque unidos por los intereses de las corporaciones globales que operan ya en ambos. Y en medio una serie de economías, muy dependientes, que van a sufrir especialmente el aumento de costes provocado por la incertidumbre en los mercados –tanto por el lado de las importaciones como de las exportaciones– y los problemas de insuficiencia recaudatoria ente una situación estructuralmente débil. La de España es, será, una de esas economías.
La invasión de Ucrania será el acto final de una ópera que comenzó en 1947 con el inicio de la Guerra Fría y que pudo finalizar en 1991 con la disolución de la URSS. Pero una Historia no acaba cuando dictamina un ensayista sino cuando los intereses que mueven esa Historia se cumplen. Un final wagneriano hoy es imposible porque nadie viviría para contarlo, por lo que es más idóneo un mutis por el foro y que cada cual continúa pensando lo que quiera mientras los negocios siguen fluyendo. ¿Los daños colaterales?. Si, bueno, pero por eso son colaterales y no cotizan.
En cualquier caso no olviden que el Viernes 25 de Febrero, dos días después de la invasión, las principales Bolsas del planeta cerraron todas en verde. Un verde de un tono muy intenso. Lo demás ya es pasado. (Sugerencia: guarden estas imágenes: ya son parte de la Historia. Fuente: Bloomberg).