Hace unos días recibí un mail de un joven lector. Decía y razonaba lo siguiente:

“Una de las frases que más me han llamado la atención en sus apariciones en los medios de comunicación es que las REVOLUCIONES ya no están de moda… Y mi pregunta es: ¿Desde cuándo? Para mí la palabra REVOLUCIÓN, independientemente si tiene implicaciones bélicas o no, es un cambio en la manera de pensar o hacer las cosas. La humanidad ha prosperado en la mayoría de las veces a MEJOR, gracias a las REVOLUCIONES o cambios, sino sencillamente se habría extinguido…

Si vd. se refiere a que las revoluciones sociales ya no están de moda, tampoco lo comparto. La sociedad de un tercio que se está formando, se caracteriza en la concentración de la riqueza en manos de unos pocos… Si cada vez el capital sustituye al trabajo llegará un punto en que la mayoría de personas no podrán CONSUMIR, y entiendo que las microempresas, pequeñas y medianas empresas, multinacionales o grandes corporaciones, necesitan vender para que alguien consuma…

Entiendo yo que CAPITAL y TRABAJO se necesitan recíprocamente y por lo tanto no tiene que imponerse el uno respecto a el otro. Es decir que haya un EQUILIBRO de factores. Y las personas que estén fuera del sistema, de la sociedad en general, no estarán satisfechas en consumir mediante lo que perciban de la RENTA BÁSICA, la marihuana y el ocio gratuito…Volverán a manifestarse las revoluciones sociales bajo otro prisma porque llegará un punto que se agotará la RENTA BÁSICA, la marihuana y el ocio gratuito, hasta entonces «colchones» para amortiguar las penas y problemas de un colectivo que, por desgracia, deja de ser necesario en el sistema…”

Mi respuesta fue:

“Compare el siglo XIX con la evolución económico-social tras la II GM. El siglo XIX está cuajado de revoluciones, sobre todo en Europa, pero no sólo; y de guerras civiles. Es cierto que detrás de toda guerra o de toda revolución debe haber una masa popular, y también lo es que no necesariamente las revoluciones deben ser violentas, por ejemplo el movimiento Hippy, pero en el 99,99% de los casos se produce violencia porque hay una parte que pide, que demanda, que exige, y otra que defiende su estatus, su posición, sus privilegios; y unos y otros utilizan todos los medios a su alcance, lo que sucede es que, en la inmensa mayoría de las ocasiones los segundos tienen mucho más poder y mucha más fuerza que los primeros.

Si repasa la Historia verá que quienes demandaban habitualmente están miserizados, explotados y machacados y, cosa fundamental, no tienen nada que perder, solo su vida, que no valía nada, y no solo pienso en el movimiento obrero europeo, sino en los movimientos descolonizadores del siglo XX.

Como decía el siglo XIX es el prototipo de período reivindicativo y revolucionario, y lo es por dos razones: porque existe una estructura de Estado que ha evolucionado más allá de aquellas monarquías absolutas legitimadas por Dios, y porque la mayoría de la población adquiere conciencia de clase, lo que da lugar a un enfrentamiento claro entre los poseedores, la burguesía, y los explotados, el proletariado. El Estado estaba completamente decantado a favor de la burguesía, pero existía un orden que un siglo antes no existía.

Los enfrentamientos llegaron a un punto verdaderamente fuerte tras la Commune y los sucesos de Haymarket, y tras haberse completado en la segunda mitad del XIX la fase de acumulación originaria de capital, la burguesía comprendió que ya no necesitaba seguir explotado de la misma manera a la clase obrera: los salarios empezaron a subir y la jornada de trabajo a reducirse. A partir de ahí la clase obrera empezó a ganar en bienestar, un bienestar que fue impulsado por los Estados (Lloyd George entre 1916 y 1922, inició el proceso) y sobre todo tras la II GM con la introducción del Welfare State.

Lo que dice es verdad: capital y trabajo se necesitaban, y la paz social era imprescindible. Las huelgas se redujeron en vertical, los salarios subían y las condiciones sociales mejoraban con el modelo de protección social. Unos se portaban bien y producían y consumían, los otros también se portaban bien y pagaban salarios e impuestos que financiaban el modelo de protección social que compraba la paz social.

Todo eso comenzó a cambiar a partir de los años 80. El acento se fue poniendo en la productividad y el factor trabajo cada vez fue menos necesario y más lo fue siendo el capital. Desaparecido el Sistema de Economía Planificada la necesidad de comprar la paz social se redujo, el subempleo comenzó a crecer, la desigualdad a aumentar y el modelo de protección social a adelgazarse. Y la ciudadanía no protestó porque se la compró ….. permitiéndosele el acceso al crédito. Y esa ciudadanía, anestesiada tras décadas de salarios crecientes, de pensiones suficientes, de sanidad pública cada vez mejor, lo aceptó.

Hoy nos hallamos en una situación en la que ya es posible generar PIB con cero unidades de factor trabajo y donde, tras veinticinco años de uso masivo de Internet, el poder sabe todo lo que le interesa de todo el mundo. Quienes vivieron la Depresión y la II GM con una cierta edad para recordarla hoy tienen 94 años; para Ud. mismo un montón de sucesos son meros apuntes en libros de Historia y hemerotecas. Nunca ha tenido que reivindicar nada; jamás ha visto reivindicaciones basadas en la necesidad. Pondrá cara de asombro cuando le diga que a principios de la década de 1960 el Sur de España formaba parte de la Zona del Hambre del planeta.

En otras palabras, la inmensa mayoría de la población, no ha visto, no ha vivido nada que le haga reivindicar nada, por lo que no sabe reivindicar nada o no siente la necesidad de reivindicar nada. Ejemplo: con un 32% de desempleo y con una tasa de temporalidad del 80%, la juventud española debería estar manifestándose cada día por las calles de las ciudades de España, pero no lo hace porque ni sabe ni lo necesita.

Y sí se volverá a comprar la paz social de una población productivamente cada vez menos necesaria: a través del Trinomio Social: renta básica + marihuana legal + ocio gratis pagado con una productividad enorme, … a cambio de que la población no necesaria o parcialmente necesaria se porte bien.

Sugerencia: lea mi último libro ‘El Crash: Tercera Fase’, Roca Editorial 2019.

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