Ante la comisión que en el Parlamento está investigando la crisis financiera (será interesante leer sus conclusiones finales), compareció el Martes 16 de Enero ‘un afectado’. Alguien corriente perteneciente a la multitud que adquirió esos títulos. Un resumen de lo que dijo está aquí: https://elpais.com/economia/2018/01/16/actualidad/1516116285_838750.html
Las preferentes. En relación a ellas se han contado algunas cosas, pero no todas las cosas. Lo que se ha contado ya lo conocen; voy por otro lado.
Dejando a un lado cuestiones legales a los expertos, pienso que las preferentes estuvieron envueltas por una idea que subyace en casi todas las situaciones semejante a las que se dieron con estos títulos: la ganancia fácil y rápida de una creciente rentabilidad, por parte de un producto financiero sencillo orientado a la clase media y media baja para que pudieran invertir de la misma manera que lo hacían los potentados.
Seguro que no se explicó bien su funcionamiento; seguro que no se dijo bien dicho que era un producto que nunca vencía y que sólo se podía vender si había demanda; seguro que tampoco se profundizó en la idea de que su rendimiento dependía de que quien las emitía tuviera beneficios; seguro, pero, quienes ansiosos compraron (me consta que los hubo) ¿preguntaron o se dejaron llevar por lo que les decía ‘mi amigo el del banco’?.
Pienso que hubo mucho de buscar la ganancia fácil, de lograr el negocio rápido, de conseguir los objetivos de ventas, de presumir de rendimientos; y también de ancianitos convencidos por ‘su amigo el banquero’ que carecían de familiares preguntones.
Yo no sé si dentro de treinta años se publicará un libro con el título ‘Una Historia de España. Lo que sucedió con las participaciones preferentes entre el 2000 y el 2008’. Ya les digo que yo no lo voy a escribir, pero estaría bien que alguien lo hiciera.