“Un trabajo ya no es garantía de poder salir de la pobreza; el 70% de los hogares no percibió en 2017 efectos positivos de la recuperación económica; el 28% de la población española sigue en riesgo de pobreza y exclusión social; la pobreza laboral se cronifica con un 14,1% de la población empleada en situación de pobreza; continúan sin recuperarse casi la mitad de los 3,8 millones de empleos perdidos entre 2007-2014; la gran mayoría de nuevos puestos de trabajo son temporales, el 57% de los empleos creados desde el II trimestre de 2014 hasta hoy lo son (con un período de contratación cada vez menor, con el tipo de contrato más frecuente inferior a 15 días, y una cuarta parte de menos de 7 días) y así un largo etcétera. Por no hablar de la brecha salarial de género que sigue manteniéndose en unas cotas elevadísimas del 14,9%.
Las rentas del trabajo como porcentaje del PIB en España han continuado bajando (20.000 millones de euros al año) a costa de un gran incremento de los beneficios: las rentas derivadas de la propiedad han continuado aumentando”.
Vicenç Navarro, “Por qué la clase trabajadora catalana cambia de voto en las elecciones españolas y en las catalanas”. Público 21.01.2018
“El 1% de la población española más pudiente acapara la cuarta parte de la riqueza nacional, según Oxfam Intermon, que sitúa a España como el tercer país más desigual de toda la Unión Europea y donde más ha crecido la desigualdad desde 2007 en todo el continente.
España, con 10,2 millones de personas con una renta por debajo del umbral de la pobreza, lo que se traduce en una tasa de pobreza del 22,3%, es el tercer país europeo en desigualdad, por detrás de Rumanía y Bulgaria y empatado con Lituania.
Pese a la mejora de la economía, la remuneración de los trabajadores está lejos de los niveles de 2009: mientras la productividad por hora trabajada ha aumentado un 6% desde 2012, el coste salarial de cada una apenas ha aumentado un 0,6%, es decir, 10 veces menos.
Los beneficios empresariales se dispararon un 200,7%, manteniendo así la tendencia alcista que iniciaron en 2013. El coste laboral por trabajador apenas varió un 0,1%.
Ese abismo también se reproduce entre trabajadores: un empleado medio en España debería trabajar más de 29 años para lograr el mismo salario que obtienen en un año quienes se sitúan en el tramo más alto, y si se trata de alguien que percibe el mínimo interprofesional, debería hacerlo durante 71 años. En el caso de las empresas del IBEX, los 84 años que necesitaba trabajar un empleado medio para igualar el salario anual del primer ejecutivo de la compañía aumentaron en 2016 a 112 años.
También los jóvenes que acceden al mercado laboral han tenido que ver cómo su sueldo anual es un 33% inferior respecto al de 2008, y cómo los contratos a tiempo parcial para ellos han crecido tres veces más rápido que para el resto, un 54% frente al 16%.
Las mujeres, como siempre, son las que se encuentran en mayor proporción en vulnerabilidad laboral, ya que suponen el 58% de las personas que están en esta situación.
Siete de cada diez personas que reciben los salarios más bajos son mujeres, que solo representan el 34,5% de las personas que más ganan. Dentro de este mismo grupo, cobran hasta un 14% menos que los hombres.
Están apareciendo «nuevas fórmulas de desigualdad salarial», como las empresas multiservicio, que emplean a más de 60.000 personas que cobran entre 5.800 y 8.400 euros anuales menos que las acogidas al convenio colectivo sectorial. Y y ello pese a que trabajan de media 100 horas más.
El sistema fiscal también contribuye a generar desigualdad, entre otras razones porque son los asalariados los que soportan el sistema: mientras que el 83% de la recaudación fiscal en 2016 provino del IVA, el IRPF y «otros impuestos pagados por familias», el de sociedades «aportó el 12% de la recaudación».
Tampoco es equitativo, añade Intermon, cómo se gasta el dinero recaudado: dos de cada 10 euros de transferencias públicas se dirigieron al 10% más rico de la población.
Redacción El HuffPost “10 datos que avergüenzan a España: pobreza, salarios bajísimos y una brutal desigualdad”. 22.01.2018.
Para meditar.