Por favor, no se fijen en las cifras. Para lo que interesa eso ahora no es importante.
Observen las curvas que muestran los tres escenarios: optimista, curva amarilla; central, cruva azul; pesimista, curva roja.
Fuente: Natàlia Vila, “La promesa del 20 milions d’ocupats de Rajoy es retarda”. Diari Ara 12.12.2017.
Insisto: olvídense ahora de las cifras. De entrada reparen en que las tres curvas son muy diferentes. La que muestra el escenario optimista sube como un cohete casi en línea recta durante todo el recorrido; la que recoge el escenario central muestra dos cambios en su marcha; la que indica el escenario pesimista tres.
Lo verdaderamente interesante son los cambios que se produce, el cambio de tendencia: en el 2024 en el escenario optimista; en el 2018 y en el 2021 en el escenario central; en el 2022, 2024 y 2025 en el pesimista. En cualquier caso parece que el período 2021 – 2022 va a ser crucial.
Es decir, en ningún escenario se garantiza el mantenimiento en la creación de empleo … independientemente de la calidad que ese empleo creado pueda tener, del tipo de contrato con el que se ocupe a esa población activa ocupada, del salario con el que se remunere.
Introduciendo ahora las cifras, y como ya he comentado, no comparto ese ritmo de creación de empleo ni siquiera asumiendo que vaya a ser subempleo. Eso representa un crecimiento medio del 2% anual en el escenario optimista y el 1% en el pesimista, insisto, olvidando la calidad del empleo creado.
Además ese ritmo de crecimiento en el empleo supone un aumento medio muy reducido de la productividad, o nulo, tomando el crecimiento que se ha supuesto en el PIB (a no ser, claro, que la población activa desempleada se hunda por retorno masivo de población inmigrante desocupada). Lo que supone que la competitividad continuará descansando en los salarios bajos y en los empleos precarios.
Es decir: España continúa igual. Si se crea empleo la productividad crece poco o nada (o decrece si los vientos de cola desaparecen en su totalidad y el crecimiento se enlentece); y para que aumente la productividad el desempleo tiene que subir. Ahora sumen a esto el impacto de esto sobre las cotizaciones sociales y sobre la recaudación de IRPF e IVA. Mal asunto.
¿Recuperación? ¿Qué recuperación?