Hace unos días recibí un mail:

“Buenas tardes. Le hablo nuevamente desde (nombre de una región española). Esta vez mi inquietud viene dada acerca de un tema, que como usted comenta “está de moda”, aunque siendo sinceros, preferiríamos que no fuera una realidad, como lo son la pobreza y las desigualdades.

Anoche comprobé mediante un reportaje del programa de televisión “Callejeros”, que tenía por título {Tengo Frio}, en donde muchas familias entre los años 2010/2012, fecha en la que fue grabado, sufrían en sus propias carnes, la parte más cruel de la crisis que había estallado entre el 2007-2008. Se mostraban imágenes muy duras, en donde los inquilinos, como bebés y niños, y padres y madres, tenían que lidiar con la problemática de hacer frente o bien al pago del alquiler o tener que comer (si es que recibían algún tipo de ingreso, porque habían muchas que no y tenían que pedir en caritas o cruz roja para sobrevivir). Además, hubo un caso concreto de una trabajadora del sector de la hostelería, que llevaba trabajando sin mayores problemas hasta que estalló todo, y perdió su empleo, y destacaba que con “40 años nadie te quiere dar trabajo”. Esta madre luchadora quería trabajar, pero no podía, o mejor dicho, la excluían del mercado laboral por su edad (a pesar de tener experiencia, que, yo, considero que es un plus para cualquier empresa relacionado con el ámbito en el que trabajaba). Así muchos casos en donde se saltaban las lágrimas de ver a personas en esas situaciones y reflexionar que les toco a ellos, pero sin duda, podríamos haber sido cualquiera de nosotros.

Quizá esta pregunta le parezca una idiotez, pero es algo que no logro comprender: ¿Como es posible que existan X personas que acumulen muchísimo dinero en sus cuentas, o perciban grandes sueldos, en una sociedad que tiene tasas de pobreza y desigualdad en aumento? ¿A esos niveles, los ricos, piensan en la desigualdad o les da igual como vivan las otras personas en el mundo? ¿Quizá el dinero esté en las manos incorrectas? ¿Quizá me inculcaron una mentalidad de pensar en la situación de los demás, y no ser egoísta y ayudar? ¿Tienen algún tipo de remordimiento los que tienen grandes fortunas cuando se encuentran con este tipo de casos, o como dirían, se las trae al pairo?

Se que cuando se habla de temas de dinero a esos niveles, les dará igual si otros viven mal. Bajo su punto de vista, ¿Cree que sería posible garantizar por lo menos que toda persona tuviera acceso a unas necesidades básicas para vivir con dignidad, instando a esas fortunas a colaborar y ceder parte de su dinero a dichas personas en pobreza?

Espero su más sincera respuesta. Yo con 23 años no logro entender cómo, repito, existe una brecha tan grande entre unos pocos que tienen muchísimo, y otros muchos que tienen tan poco”.

Mi respuesta fue:

“El germen de la desigualdad ha existido siempre, siempre: de forma natural la humanidad tiende hacia la desigualdad; la diferencia entre hoy y hace cuarenta años es que entonces había voluntad de reducirla, por lo que se intervenía a través de políticas fiscales redistributivas y hoy no la hay. ¿Por qué? Pues porque entonces la reivindicación sindical y política era muy fuerte y había que comprar la paz social y hoy no hace falta comprarla porque la contestación social, cuando la hay, puede ser reprimida sin mayores problemas (chalecos amarillos en Francia) o, llegado el caso, prevista (identificación biométrica en China) y porque al ser la demanda de trabajo mucho menor que la oferta la población trabajadora acepta situaciones que antes no aceptaba.

A lo anterior añada otra cosa: hoy el capital tiende a concentrarse porque cada vez es necesario más capital a fin de desarrollar procesos y tecnologías más competitivas, y la concentración del capital lleva a la concentración de la riqueza máxime en un entorno de escasa voluntad redistributiva. Quédese con un dato: hoy, en España, el 16% de las personas que trabajan son pobres porque no trabajan las horas necesarias para acceder al salario mínimo.

¿Cómo se soluciona esta situación? No se puede, es más, pienso que la desigualdad se incrementará porque la concentración del capital va a más a la vez que la necesidad de factor trabajo va a menos. La vía que se acabará implantando es la renta básica. Una renta universal situada en el umbral de pobreza que constituirá un ingreso garantizado para quienes no puedan acceder a otros tipos de ingresos y será un colchón que permitirá una cierta independencia para buscar alternativas a quienes ya lo tengan. Es mejor que nada, claro, pero representa la admisión de que no existe un futuro para todos”.

La ciudadanía se plantea cosas, el problema es que no tienen recorrido. Y las revoluciones ya no están de moda.

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