En relación a la cadena de efectos que se ha creado tras la intervención militar de Rusia en Ucrania hay varios puntos que encuentro sorprendentes, controvertidos o inexplicables.
1 – Rusia sabía que si intervenía en Ucrania habría imposición de sanciones económicas por parte de USA, la UE y la OTAN. Manifestaciones en este sentido ya habían sido realizadas.
2 – Europa sabía que si Rusia intervenía en Ucrania impondría sanciones y que esas sanciones tendrían efectos muy negativos sobre la economía europea.
3 – Ignoro si Rusia tiene un plan B para hacer frente a las sanciones que Europa, USA y la OTAN le han impuesto, pero parece obvio que Europa no lo tenía y que es Europa la que más se está viendo afectada por el efecto boomerang de las sanciones (y lo peor puede estar por venir si Rusia decide / se ve forzada a cortar toda relación económica con Europa).
4 – Ahora se habla constantemente de la dependencia que Europa tiene del gas ruso, del petróleo ruso, del carbón ruso, del keroseno ruso, del paladio ruso, … pero esa misma dependencia existía hace tres meses, un año, varias décadas, y entonces nadie le llamaba dependencia, sino intercambio comercial, y a nadie le preocupaba en absoluto que pudieran darse problemas en dichos intercambios.
5 – La negativa situación económica generada por los efectos de la intervención militar de Rusia en Ucrania y por las sanciones se ha producido tras un año en que los precios de las commodities, del gas sobre todo, ya mostraban un camino al alza afectando a los costes de producción y transporte, y cuando ni de lejos están superados los efectos negativos del virus en las cadenas productivas ni en las cadenas logísticas; es decir, a una situación ya muy mala se ha añadido un elemento que la ha empeorado. En otras palabras, para Europa, ‘lo de Ucrania’ ha pasado en el peor momento posible.
6 – Parece que exista una especie de maldición sobre Europa. De largo va a ser la más perjudicada del tándem ‘efectos de la intervención – efectos de las sanciones’. Por el agravamiento de la inflación que se está produciendo y por los costes generados por la atención a la oleada de refugiados que desde Ucrania está llegando.
7 – Ya lo he dicho en otras ocasiones, pero insisto en ello. Europa desaprovechó una oportunidad de oro de ganar un socio económico cuando la URSS se desintegró en 1991. Entonces no pudo o no quiso atender esa opción y ahora ya es imposible. Lo que vuelve a demostrar que, en contra de lo que suele decirse, los trenes pasan solo una vez.
Lo dicho: puntos sorprendentes, controvertidos o inexplicables cuyas consecuencias van a pagar los mismos de siempre.