A una amiga que reside desde hace años en Noruega le remití este artículo hace unos días (Fuente: Diari Ara 05.02.2018). En el texto le puse que al leerlo me había acordado de ella. (Tiene pareja, es madre y trabaja un porrón de horas con frecuentes viajes al extranjero; y está encantada de vivir en el país).

Su respuesta:

Gracias. De todos modos, que te hayas acordado de mi al leer esto no sé si tomarlo como algo bueno a malo …

De hecho, aquí en Noruega, si te coges la baja corta (9 meses pagados al 100%, más uno de vacaciones pagado también al 100%) tus ingresos durante la maternidad no tienen porqué verse reducidos. Lo que pasa es que, en la mayoría de los casos, las familias (el padre tiene derecho a 10 semanas de baja paternal pagadas al 100%), deciden cogerse la baja larga de 11 meses + uno de vacaciones con el 80% del sueldo para estar más tiempo con sus pequeños. Pero no deja de ser una decisión personal.

En cuanto a la capacidad de trabajo, de organización y la eficiencia, te aseguro que como madre, por cada hijo que tienes, se multiplica exponencialmente tu capacidad de multi-tasking i tu eficiencia. Esto es algo que los empleadores “listos” también saben distinguir. En mi caso, (y descontando la mala experiencia anterior), he ganado mucho más dinero en mi posición professional como controller después de ser madre que anteriormente. Aunque, lo que sí que es correcto, es que si quieres atender a todo al 100% (familia i trabajo), pagas un coste personal muy elevado. Tan elevado que llega un momento en que te preguntas qué sentido tiene vivir para hacer rico a otros.

En este justo momento te das cuenta que, aunque pueda parecer un tópico, vivir para trabajar no tiene ningún sentido. Más bien tiene que ser al contrario, trabajar para vivir con ciertas comodidades. Pero la falacia de que somos lo que valemos profesionalmente, cuando tienes familia, ya no cuela. Tu carrera profesional deja de ser tu único objetivo en la vida. Ya no tiene sentido. Esto nos ha pasado a varias amigas mías con carreras profesionales brillantes internacionalmente. Es la vida. Y mira que aquí en Noruega no está mal visto que sea la mujer la que gane más que el hombre. Eso que se da tanto por esas latitudes de tradición más ibérica, por decirlo suavemente :)”

Le respondí:

“Es bueno porque he recordado lo que te sucedió.

No lo digo por ti ni por tus amigas, pero por lo que entiendo, al menos en Noruega, ser madre no supone un techo de cristal al desarrollo profesional, el coste es personal. Es decir, si una madre es, por ejemplo, directora financiera de una compañía y ha de ir a Corea y estar una semana, no supone ningún problema: la compañía sabe que el o los hijos no van a significar un problema y la madre sabe que su pareja o alguien va a ocuparse de sus hijos esa semana. Ser madre no es un freno para nadie, pero tiene el coste de que en las ausencias el contacto con los hijos cae. ¿Es correcta esta lectura?.

Como residente en Noruega y como madre, ¿dirías que la sociedad noruega ha eliminado la frontera entre ‘rol masculino padre’ y ‘rol femenino madre’ y excepto el hecho de amamantar que el padre no puede llevar a cabo, tanto en tareas a realizar como en actitud no hay diferencia de género respecto a los hijos?”

De momento no me ha respondido por lo que, como está superocupada, deduzco que la respuesta a mi pregunta es afirmativa.

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