Ayer fui al que fue mi cole para un encuentro con antiguos compañeros. Celebrábamos en 50 aniversario de la promoción del 68. La verdad es que fuimos pocos, muchos menos de los que fuimos cuando celebramos el 25 aniversario y entonces ya faltaron bastantes. Estuvo bien. Comentamos, recordamos, sonreímos, y nos fuimos. No, no era un cole mixto, entonces … Luego estuve pensando, comparando.

Nosotros, cuando acabamos en el cole, las expectativas que teníamos eran máximas. Absolutamente nadie de nosotros se planteaba que podía llegar a tener problemas laborales. Cuando acabamos en el cole teníamos ilusión para hacer cosas, entre otras razones porque la demanda de trabajo nos estaba esperando.

Esa, pienso, es la principal diferencia entre una joven, un joven de 18 años de edad de hoy y de hace 50 años. Entonces el objetivo de todas las familias, de todas las personas, y más en aquella España, era ir a más porque se podía ir a más y porque era posible ir a más. Efectivamente se hicieron muchas cosas mal, entre ellas se sembraron las semillas de los actuales problemas medioambiente, y se desperdiciaron y usaron mal muchísimos recursos; pero era perceptible que se avanzaba, se era consciente de que, la mayoría, el año siguiente estaría mejor que el actual porque se sabia que ello era posible.

Hoy una joven, un joven de 18 años pueden hacer cosas que antes eran imposibles porque eran impensables – ¿o es al revés?– pero teniendo acceso a infinitas herramientas sus expectativas nada tienen que ver con las de entonces porque la demanda de trabajo, sea por cuenta propia o ajena, está esperando a muy pocas y a muy pocos de ellas y de ellos o les está esperando de forma parcial y limitada.

¿Envejecimiento de la población? El problema radica en el sistema precisa a mucha menos población para seguir adelante, pero la ciencia ha logrado esperanzas de vida inimaginables hace 50 años … a un coste inasumible para las posibilidades existentes teniendo en cuenta el número de demandantes. El sistema se ha subido a un Ferrari que no puede mantener.

Hace 50 años no era posible prever que sucedería hoy porque la sociedad se hallaba circulando por una línea continua; pero hoy es bastante sencillo intuir como serán las cosas dentro de 50 años porque estamos metidos en una senda en la que ya se han producido varias discontinuidades, y así, pienso, se va a seguir.

Es verdad que hace 50 años nos decían que nos podía caer encima una bomba H que nos enviaría a todos al otro barrio. Pero mientras la bomba llegaba, o no, en España todo estaba por hacer, y en planeta muchas cosas estaban por hacer, y aunque algunas/os más que otras/os todo el mundo podía hacer cosas. Hoy nadie dice que nos va a caer encima ninguna clase de bomba que va a arrasar medio país, pero, para muchas y muchos, hay sensación de fin de época y de que después todo está muy oscuro.

Es cierto que las jóvenes, los jóvenes, tienen todo por delante, pero hoy lo tienen infinitamente más complicado y difícil que ayer. Y quienes digan que no, o viven en un mundo paralelo o, por alguna razón, les interesa decir lo que están diciendo.

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