Como saben imparto clases de Estructura Económica en la IQS School of Management de la Universidad Ramon Llull, en segundo y en cuarto curso. Este año, a los alumnos de cuarto (lo digo en masculino porque ninguna alumna se ha matriculado el presente curso) les propuse realizar un ensayo. Tenían todo el curso para llevarlo a cabo; todos tenían que participar (al ser una asignatura optativa eran diez los matriculados); debían entregármelo la penúltima semana de curso; y debían exponerlo la última, y todos debían participar en la exposición. La extensión debía ser superior a las treinta y cinco páginas. Y la temática versaba sobre como veían el mundo a nivel económico, social y tecnológico en el año 2030.
Como es una materia optativa, al margen de que se matriculan pocas/os alumnas/os, son alumnas/os interesadas/os en la materia, por lo que los resultados son muy buenos. Y, en esa línea, el ensayo que me entregaron fue muy bueno. A continuación reproduzco literalmente las conclusiones.
“Una de las mejores formas de prever el futuro es estudiar el pasado, el presente y saber si el sistema actual es viable económicamente hablando. Como hemos podido observar en la reciente crisis que tuvo su inicio con la caída del Lehman Brothers (2007) observamos que el modelo está caduco por ser principalmente caro e ineficiente. Es por ello por lo que ahora en la entrada de la tercera fase de la crisis observaremos como se producirán cambios radicales tanto a niveles económicos como sociales y se materializara las expectativas económicas más radicales.
Entramos en una década donde la tecnología tendrá un protagonismo sin precedentes, tanto a nivel Económico como Social que comportarán cambios inimaginables hoy en día, pero sucederán antes de alcanzar el año 2030.
A niveles económicos observaremos principalmente que la tecnología destruirá muchos empleos, sobre todo aquellos de baja cualificación, que siempre son más fáciles de ser substituidos por su bajo nivel de preparación. Aun así, la aparición de nuevas tecnologías creará nuevos lugares de trabajos (para nada equiparables al número de empleos destruidos) que requerirán de una mayor formación y especialización, convirtiendo el mercado laboral en un mercado caracterizado por ser un mercado con excedente de oferta provocando que los que se adhieren al mercado deberán ser personas cada mes con mayor cualificación. La figura del freelance o autónomo será lo habitual.
Las empresas multinacionales ganarán mucha relevancia tanto a nivel económico como a nivel político, mientras, las más pequeñas, estarán destinadas a desaparecer o ser absorbidas por las grandes corporaciones. Estas, sobrevivirán a la restructuración que habrá en el mercado respecto a la competencia, es decir, la tendencia que culminara a finales del 2030 es que existirán pocas empresas principalmente oligopólicas que obtendrán la mayoría de la cuota de mercado (dividido por continentes). La reestructuración provocará una eliminación radical de la tendencia actual a tener un mercado de máxima competencia para proteger al consumidor.
Para conseguir que las personas puedan subsistir en un mercado laboral cada vez más limitado por la aparición de máquinas, el sistema se transformara en un sistema basado por la teoría de la Renta Básica Universal. Con la aparición de este sistema más eficaz, barato y económicamente viable, la renta básica se convertirá en una forma de ingresos accesible para todo el mundo y la riqueza generada por las empresas oligopólicas será redistribuida, convirtiendo en un sistema que se pueda subsistir de manera justa y, por lo tanto, puedan el excedente de población laboralmente ineficaz consumir los productos y servicios necesarios para ello. Por descontado, se legalizará los estupefacientes para tener a las personas ocupadas y el entretenimiento mayoritario entre la población se convertirá en gratuito para todo el mundo. En este apartado a destacar la figura de la máquina como demandante de un puesto de trabajo al poder acceder las máquinas a nuevos conocimientos y habilidades a través del aprendizaje automático.
Todo podría hacer parecer que la esperanza de vida aumentará, pero la verdad es que la esperanza de vida en el año 2030 habrá caído drásticamente una media de 10 años, es decir, las personas que hoy sobreviven hasta los 80 años vivirán en promedio hasta los 70 años, dado que se verá una reducción drástica de la sanidad publica que se convertirá en su mayoría en una sanidad privada y serán muy pocas las personas que podrán beneficiarse de ella, por lo tanto todos estos avances sanitarios que habrán tendrán un coste demasiado alto para la gran parte de la población mundial. Puede deducirse el futuro del actual sistema de pensiones.
Como estamos viendo la tecnología será la principal protagonista, pero lo seguirá siendo, ya no solo en los campos que hemos comentado, también tomara un papel muy importante en el cambio climático, cada vez es más evidente que este existe por, sobre todo, la sobreexplotación de materias primas que son las únicas fuentes baratas para conseguir adaptarse al sistema globalizado. En el año 2030 si no se realiza un cambio de tendencia de consumo drástico, el cambio climático será toda una realidad, muchas especies y paisajes se verán delimitados o sufrirán grandes cambios. A destacar el creciente papel que desempeñará el uso de la realidad aumentada. A la vez, con toda seguridad se hallará ya operativa la tecnología de comunicación 6G que multiplicará por 100 las de la aún en desarrollo 5G.
Por supuesto no existirá formato físico de intercambio de objetos comerciales. Se establecerá las monedas electrónicas como sustitutivo a todos los estándares de intercambio económicos que tenemos hoy en día, destruyendo al completo el mercado secundario o negro y, a su vez, destruyendo de esta manera la privacidad del consumo de los individuos controlados por las grandes sociedades o en su defecto por el gobierno.
Optimización en la utilización de los recursos, profundización en la Economía Circular, uso creciente de la biotecnología y la agroalimentación. Todo ello para hacer frente a un entorno crecientemente hostil en cuanto a escasez de lluvias y más cálido.
En un mundo como ese los actuales recorridos educativos y formativos tienen que cambiar. Curriculums académicos personalizados a la medida de cada estudiante y potenciación de las habilidades personales, serán la base de la formación, una formación en constante evolución”.
¿No está mal, verdad? Veintidós años; en el 2030 tendrán treinta y tres, en plena fase de desarrollo profesional. Y ese va a ser su mundo. Complicado.