¿Con qué nos vamos a encontrar en el 2018? Entre otras cosas, pienso que con esto:
- El BCE reduce las compras de deuda pública y privada a la mitad, lo que va a tener un impacto tremendo sobre la economía española ya que prácticamente la totalidad de la deuda pública de España acaba en el BCE.
- Por pura lógica España va a perder los millones de turistas prestados que en estos últimos años llegaron huyendo de la inestabilidad imperante en el Magreb, en Turquía, en Egipto, … a medida que la situación en estos países se normalice con las implicaciones que ello tendrá.
- ‘Los vientos de cola’ que han ayudado a la economía española irán desapareciendo: un petróleo muy barato, un euro depreciado, unos tipos de interés reales negativos, las ya citadas compras de deuda por parte del BCE, lo que va a dejar a España cada vez más dependiente de sus capacidades.
- En términos monetarios la deuda que soportan las familias no cesa de aumentar. Cada española, cada español, independientemente de su edad debe una media de casi 40.000 euros. Aunque los tipos de interés estén ultrabajos, el nominal está ahí y tensionando las economías domésticas.
- El consumo privado se ha convertido en uno de los ejes de la ‘recuperación’ de España, pero el consumo está creciendo a una tasa superior de lo que lo está haciendo el PIB, lo que supone que una parte de ese consumo se está pagando a base de desahorro; de hecho la tasa de ahorro actual se halla en cotas bajísimas y es una de las más reducidas de los últimos años. Una situación insostenible.
- El poder adquisitivo de las familias y de los pensionistas caerá al enfrentar las alzas salariales que se están negociando y la subida de las pensiones establecida con los aumentos en los precios de los servicios: agua, gas, electricidad, del transporte, … que se están produciendo; en definitiva del IPC previsto.
- España está cumpliendo con su compromiso de déficit, pero a costa de carencias clamorosas en servicios públicos y a que la inversión pública se halle en su cota más baja en medio siglo. La alternativa es –sería– un aumento de la presión fiscal, pero las rentas medias no lo soportarían. El Gobierno continuará con el cumplimiento de ese compromiso.
- La estructura regional de España va a tener que ser abordada: junto a regiones que han de prescindir de fondos que necesitan para crecer conviven otras creadas artificialmente que no son viables ni sostenibles.
- Por parte de los políticos en general y del Gobierno en particular, el acento se continuará poniendo en la creación de empleo: en que el número de personas ocupadas aumente, eso sí, sin entrar en el tipo de contrato que se ofrece, en el nivel de subempleo, en las condiciones de trabajo. Variables que, pienso, continuarán degradándose al ser la demanda de trabajo inferior a la oferta.
- Y en cuanto a los salarios medios pienso que van a crecer muy poco debido a que la competitividad de España continúa descansando en los bajos costes salariales y de despido. El salario mínimo ha sido aumentado, pero 3,3 millones de trabajadores no lo perciben porque no trabajan las horas precisas para cobrarlo. En esta línea el Gobierno ha hecho mucha publicidad por todo el empleo que se ha creado en el 2017, pero no ha dicho que el 90% de ese empleo ha sido temporal y que la tasa de actividad en España: el 59% es de las más bajas de Europa. Pienso que muy poco va a variar el decorado laboral a lo largo de este año.
- Por conveniencia económica y debido a la influencia europea por el impacto negativo de la situación de tensión en la prima de riesgo española así como en la valoración de España en los mercados internacionales, las relaciones entre Catalunya y el Gobierno del Estado español entrarán en una fase de negociación en la que Catalunya podrá obtener una autonomía financiera y fiscal semejante, a efectos prácticos, a la establecida en el Estatuto de Gernika. En esta línea no sería extraño que entrase en un escenario de independencia o similar. Por su parte Euskadi irá obteniendo el traspaso de competencias que aún tiene pendientes de recibir desde el Estado, a la vez que profundiza en sus demandas para obtener una caja propia de la Seguridad Social.
- A nivel mundo –Europa en particular– posiblemente se vaya entrado en la problemática de las deudas impagables y en la calidad de los activos de la banca. Otra cosa será el nivel de voluntad con que se quiera abordar tales problemas.
- También a nivel europeo, y muy especialmente en España, se pondrá de manifiesto la insostenibilidad del sistema de pensiones. Afrontar esa problemática generará tensiones aunque se llegue a la imposición de criterios por parte de los Estados.
- Tal vez sea este el año en que el mundo se pregunte si el dólar USA realmente vale lo que hasta ahora se ha aceptado que valga.
- Se avanzará en la robotización de tareas, en la Industria 4.0, lo que tendrá consecuencias y supondrá que, en esta línea de puesta en marcha del nuevo modelo, un gran número de medidas sean impuestas gusten o no gusten a la población; siendo vendido el proceso por medio de alianzas, pactos, acuerdos y coaliciones entre partidos políticos, pudiendo ser algunas contra natura y pudiendo, en ocasiones, alcanzarse tintes dictatoriales.
- Se avanzará en la aceptación de la renta básica y en decreciente uso del dinero fiduciario con el argumento de que perseguir la economía sumergida, lo que supondrá que la oferta monetaria será mucho más fácil de controlar por parte de los hacedores monetarios.
- Creciente y continuadamente imparable del poder de las corporaciones y mayor tendencia a la oligopolización de la economía.
- Sensación de disminución de la libertad de expresión debido a la posible imposición de medidas que sean consideradas necesarias o imprescindibles para la seguridad, el desempeño económico o la paz social.
- ————————————– (Apunte lo que vaya viendo llegar)
La lista, evidentemente no es exhaustiva. Un año complejo, vaya.